El Soberano de las tormentas es un espadón de Dark Souls III.
Descripción
- Espadón con la hoja rota, también conocido como el "matagigantes", por la fuerza de las tormentas que alberga en su interior, capaz de derribar gigantes.
- Yhorm, el Gigante, llegó a empuñar dos, pero les dio uno a los humanos que dudaban de él y el otro a un fiel amigo antes de convertirse en Señor de la Ceniza.
- Habilidad: Rey de la Tormenta
Adopta la postura de combate para imbuir la espada del poder de la tormentas.
Es muy efectiva contra gigantes.
Lore[]
Yhorm, el Gigante blandió en algún momento dos Soberanos de las tormentas. Antes de cumplir con su destino y convertirse en Señor de la Ceniza, Yhorm le regaló uno de los espadones a los humanos que dudaban de él, y el otro a su querido amigo, Siegward de Catarina, quien le prometió poner fin a su sufrimiento si este regresaba a la vida.
Disponibilidad[]
- Se encuentra junto al trono de Yhorm, el Gigante en la Capital Profanada.
- Lo suelta Siegward de Catarina.
Características[]
Para activar la habilidad especial del Soberano de las tormentas, el jugador debe empuñar el arma a dos manos y presionar y mantener el botón de Ataque Fuerte Izquierdo (L2 / LT) durante 5 segundos para cargar el espadón.
Mientras se la sigue empuñando a dos manos, presionar y mantener el botón de Ataque Fuerte Izquierdo (L2 / LT) una vez más para adquirir una postura de combate y luego presionar el botón de Ataque Débil Derecho (R1 + RB) o el botón de Ataque Fuerte Derecho (R2 / RT) para desatar un ataque a dos manos contra el suelo que genera una poderosa tormenta, enviándola hacia adelante.
Notas[]
- La habilidad del Soberano de las tormentas, Rey de la Tormenta, podría considerarse un requisito para derrotar a Yhorm, el Gigante, ya que la mayoría de ataques de cualquier otra arma infligen muy poco daño.
- Contrario a la descripción del arma, la habilidad sólo inflige gran cantidad de daño a Yhorm. Los demás gigantes recibirán la misma cantidad de daño como si fueran cualquier otro enemigo.
- El Soberano de las tormentas no puede ser soltado ni vendido.