En el universo de Dark Souls, ser no muerto significa que la persona muere en algún momento, pero vuelve a la vida rápidamente. Los no muertos eran vistos como una maldición o enfermedad por los vivos.
Lore[]
Según Kaathe el Asediador, la maldición de los no muertos fue creada cuando Gwyn, Señor de la Luz Solar se negó a que la Edad de Fuego termine para dar comienzo a la Edad Oscura.
Además, según Aldia, erudito del primer pecado, "el Señor de la Luz (Gwyn) expelió a la Oscuridad y cuanto derivaba de la humanidad".
Se desconoce cómo se transmite pero casi siempre aparece, independientemente de las intenciones de la víctima. Sin embargo, individuos como Solaire de Astora aceptan voluntariamente la no muerte. Todos aquellos que se convierten en no muertos son marcados con la Señal oscura.
A diferencia de los vivos, los no muertos no dejan de existir al morir; en su lugar, son resucitados en hogueras. De todas formas, con el tiempo pierden gradualmente su cordura e inteligencia ("ahuecamiento") a menos que consigan un flujo constante de Humanidad. La Humanidad puede ser quemada en una hoguera para revertir el estado Hueco, pero no cura la no muerte. Los no muertos que han perdido completamente su cordura son conocidos como Huecos. En general, los Huecos son hostiles a los individuos lúcidos, incluyendo otros no muertos. A diferencia de los no muertos, los Huecos mueren permanentemente al ser asesinados.
Los no muertos eran tratados con hostilidad por los vivos; eran perseguidos por los seguidores de Lloyd, el Padre de todos, quienes los capturaban y los enviaban a un refugio sin ninguna posibilidad de liberación.
Curiosidades[]
- En Dark Souls III: The Ringed City, se menciona que los Caballeros Anillados fueron marcados por los dioses con un sello de fuego similar a la Señal oscura de los no muertos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la descripción de sus armaduras menciona a "los dioses" y no se refiere a uno en singular, lo que significa que el origen de la Señal oscura en sí es aún desconocido.