- "Muchos monarcas vienen y van. Uno se envenenó, otro sucumbió a las llamas. Otro más duerme en un reino de hielo. Ninguno de ellos se quedó aquí como tú. Tú que conquistas adversidades. Danos tu respuesta."
- — Aldia
Aldia, erudito del primer pecado es un personaje y un jefe opcional de Dark Souls II.
Descripción[]
El erudito del primer pecado aparece en la forma de una enorme cabeza carbonizada con grandes ramas cubiertas de fuego. Su cabeza y hombros son todo lo que el Portador de la maldición puede observar cuando se alza desde el suelo, lo cual puede implicar que hay un cuerpo por debajo, invisible para el jugador.
Localizaciones[]
- Se lo encuentra por primera vez en la sala con la última hoguera primigenia sin encender. Si todas las hogueras han sido encendidas antes de descargar el parche 1.10, aparecerá automáticamente en la sala de la hoguera primigenia del Desfiladero negro, después del Podrido.
- Tras hablar con el jugador en la hoguera primigenia, Aldia avanzará a la primera hoguera de la Cripta de los no muertos.
- Después de agotar su diálogo en la Cripta de los no muertos, Aldia puede ser encontrado en la sala de la hoguera en el Santuario del dragón, con un tamaño significativamente inferior comparado al del primer encuentro.
- Finalmente, después de completar el diálogo en el Santuario del dragón, Aldia aparecerá como un jefe en el Trono del querer, después de derrotar a Nashandra. Es necesario derrotar a Vendrick antes que Nashandra para que Aldia aparezca.
Trama[]
Aldia sirve como un personaje central de la trama, en cuanto a varios temas relacionados con el lore de Dark Souls II.
Cuando el Portador de la maldición haya derrotado a los Ancianos y encendido las hogueras primigenias, Aldia surgirá y guiará al Portador hacia su hermano Vendrick, ahora un Hueco sin mente. Él seguirá apareciéndose al Portador de la maldición buscando entender sus intenciones y explicándole la naturaleza de la maldición.
Finalmente atacará al Portador de la maldición antes de que tome el Trono del querer, buscando ponerlo a prueba. Cuando es derrotado, le preguntará al Portador qué es lo que realmente quiere: Luz, Oscuridad o algo totalmente distinto. Si el Portador de la maldición elige rechazar el trono, Aldia narrará su partida.
Lore[]
Aldia es el hermano mayor de Vendrick, y ayudó a su hermano en la fundación del reino de Drangleic.[1] Se recluyó en su mansión para dirigir diversos experimentos en busca de los secretos de la vida, viendo a los no muertos como la clave para desentrañar el misterio.[2][3] Por su veneración a los no muertos, Aldia fue rechazado por Vendrick, quien lo confinó en su propia mansión.[4] Aquellos que eran invitados a su mansión comúnmente desaparecían, siendo transformados en bestias deformes.[2] La Banda ritual sureña y la Banda ritual norteña fueron creadas por Aldia después de horribles experimentos realizados en estas personas.[5] Muchos objetos valiosos salieron del Torreón de Aldia, incluyendo el Bastón del ocaso,[6] la Lanza escupefuego,[2] el hechizo Géiser de alma,[7] el hechizo Desatar magia[8] y la piromancia Sol prohibido.[9]
A través de sus experimentos, Aldia trató de aprender sobre la naturaleza de la maldición de los no muertos, intentando liberarse del yugo del destino. Fracasó sin embargo, y se convirtió en un monstruo que habita en las hogueras.[10]
Invocaciones[]
Vengarl de Forossa, Benhart de Jugo y Bradley de la Vieja Guardia pueden ser invocados directamente antes de la puerta de niebla.
Estrategia[]
Aldia es inmóvil cuando pelea, pero puede teletransportarse, liberando una explosión en la zona en donde reaparece que ocasionará daño al jugador.
Varios de los ataques de Aldia producen daño mezclado por fuego y oscuridad, por lo que se recomienda algún tipo de defensa contra el fuego para esta pelea. Todos sus ataques producen puro daño físico o puro daño por fuego/oscuridad. Esto significa que un escudo que sea altamente resistente tanto al daño físico y al daño por fuego/oscuridad, como puede ser el Escudo grande del rebelde, reducirá su capacidad de daño en gran medida.
Los orbes de fuego poseen un seguimiento moderado, por lo que rodar puede ser necesario para evadirlos totalmente. Sol prohibido puede ser lanzado en cualquier dirección, incluso directamente detrás de él. Los ataques con orbes de fuego y Sol prohibido pueden ser evitados al rodar, permaneciendo alrededor de Aldia o corriendo de manera perpendicular a su trayectoria.
Las ramas de árboles marchitos que utiliza sólo infligen daño físico, lo que las hace especialmente propensas a ser bloqueadas. A cierta distancia, las ramas se extienden fuera de la tierra en un camino delante de él con un seguimiento moderado, por lo que es más difícil rodar fuera de la trayectoria del ataque. Esto se hace notar fácilmente cuando se rueda lejos del ataque, pero se es rozado por una de las ramas, sin embargo, no produce ningún tipo de tambaleo al ser golpeado.
A lo largo de la pelea, Aldia se rodeará de un aura de fuego que hace que el contacto cercano con él sea dificultoso, corriendo el riesgo de morir por las llamas. Sin embargo, un ultra espadón todavía será capaz de alcanzarlo. Esta aura también refuerza sus propias defensas, lo que reduce el daño que reciba de todos los ataques en una proporción significativa. El aura de fuego se desvanece cuando se llevan a cabo ciertos movimientos, dando al jugador una pequeña oportunidad para atacar de cerca. La primera abertura se produce después de que se teletransporta a una nueva ubicación, y la segunda es cuando está cargando el ataque Sol prohibido.
Cuando Aldia pierda aproximadamente la mitad de su salud, se aumentará a sí mismo, intensificando las llamas que lo cubren. Se mantendrá en esta forma durante lo que queda del combate. En este punto empezará a combinar varios de sus ataques anteriores y los arrojará en consecución.
Aldia es moderadamente débil al daño por magia y resistente al daño por fuego.
Diálogo[]
Con la introducción de Scholar of the First Sin, una gran cantidad de diálogo centrado en el lore fue añadido al juego. El deformado Aldia es encontrado varias veces por el Portador de la maldición. Su diálogo varía de benigno a ir tan lejos como para expresar rabia hacia Gwyn, siendo mencionado por Aldia como el "Señor de la Luz". El erudito describe cómo el viejo Señor de la Luz expulsó a la Oscuridad y comenzó el ciclo de Luz y Oscuridad. Este ciclo, esta maldición, obligó a los hombres a asumir una forma fugaz, volviendo de nuevo a su forma Hueca. Se convirtieron en menos de lo que eran, y para Aldia, este es el primer pecado del cual ha tomado su nombre.
Encuentro con Aldia cerca de una hoguera primigenia:
- Nadie había llegado tan lejos; no desde hacía mucho tiempo.
- Joven Hueco, ¿deseas despojarte de esta maldición?
- Entonces acepta el destino de los tuyos y afronta las tribulaciones que te esperan.
- A no ser que ya te hayas unido a los alicaídos.
- Joven Hueco, solo hay dos caminos: heredar el orden de este mundo o destruirlo.
- Pero solo un verdadero monarca puede elegir.
- Muy pocos han llegado siquiera hasta aquí.
- Y aun así, tu viaje aún está lejos de acabar.
- Pequeño Hueco, ¿tienes lo que hay que tener?
- Joven Hueco, busca a Vendrick.
- Él, que casi se convirtió en verdadero monarca.
- Vendrick guiará sin duda tu camino.
- Hueco principiante, ojalá volvamos a vernos.
Encuentro con Aldia en la Cripta de los no muertos:
- Je, je, creo que ya nos conocemos.
- Joven Hueco que conquistas el miedo.
- ¿Qué te impulsa así para vencer a esta supuesta maldición?
- La vida es brillante, hermosa. Nos fascina, hasta el punto de la obsesión.
- Algunos son fieles a su propósito, aunque no son sino caparazones, carne y mente.
- Un hombre perdió su cuerpo, pero subsistió como cabeza.
- Otros persiguen el amor, por esquivo que sea.
- ¿Qué es lo que te impulsa a ti?
- Una vez, el Señor de la Luz expelió a la Oscuridad y cuanto derivaba de la humanidad.
- Y los hombres adoptaron una forma efímera.
- Estas son las raíces de nuestro mundo.
- Los hombres son mero decorado en el escenario de la vida, y por dulce que sea...
- ... una mentira es una mentira.
- Joven Hueco, sabiendo esto, ¿todavía deseas la paz?
Respondiendo "Sí" o "No":
- Vendrick, el casi verdadero monarca, está aquí, y no anda lejos.
- Pero, ¿qué es un rey?
- Tú, que ni naciste con grandeza ni te la concedió el destino.
- ¿Qué es lo que buscas?
- Ni siquiera tú eres capaz de decirlo.
- Nos veremos de nuevo, joven Hueco.
Encuentro con Aldia en el Santuario del dragón:
- Joven Hueco.
- Cómo forcejeas, sin cejar, con este terrible mundo retorcido.
- La paz da a los hombres la ilusión de la vida.
- Encadenados por falsedades, anhelan el amor, sin entender que es una gran ilusión.
- Hasta que la maldición toca su carne.
- Estamos atados por su yugo.
- Igual que la Oscuridad se agita en los hombres.
- Los hombres confían en la ilusión de la vida.
- Pero, ¿tan mal está eso?
- Una construcción, una fachada, y aun así ...
- Un mundo lleno de calidez y esplendor.
- Joven Hueco, ¿deseas sacudirte del yugo y desbaratar esta maravillosa falsedad?
Respondiendo "Sí" o "No":
- Me llamo Aldia.
- Traté de librarme del yugo del destino, pero fracasé.
- Ahora solo espero una respuesta.
- Busca el trono.
- Busca la Luz, la Oscuridad y lo que hay más allá...
Encuentro con Aldia en el Trono del querer:
- Muchos monarcas vienen y van.
- Uno se envenenó, otro sucumbió a las llamas.
- Otro más duerme en un reino de hielo.
- Ninguno de ellos se quedó aquí como tú.
- Tú que conquistas adversidades.
- Danos tu respuesta.
Después de derrotar a Aldia:
- Lo perdí todo, pero me quedé aquí, pacientemente.
- El trono ciertamente te recibirá.
- Pero queda la pregunta ...
- ¿Qué quieres, en realidad?
- ¿Luz? ¿Oscuridad? O algo totalmente distinto...
Narración del Final del Juego:
- No hay camino.
- Fuera del brillo de la Luz, fuera del alcance de la Oscuridad ...
- ... ¿qué podría aguardarnos?
- Y, sin embargo, buscamos, insaciables ...
- Tal es nuestro destino.
Notas[]
- Para hace reaparecer a Aldia hay que quemar un Ascua de la adversidad en la hoguera Puerta del Rey. El jugador deberá derrotar a Nashandra así como al Vigilante y Defensor del trono de nuevo antes de poder luchar contra Aldia.
- Aldia no suelta nada al ser derrotado, ni siquiera almas. La única recompensa por derrotarlo es la opción para el jugador de poder dejar el trono, otorgando un final alternativo.
- Si un arma es oscilada muy cerca de cualquiera de las hogueras en las que se manifiesta Aldia, su durabilidad se degradará inusualmente rápido. Esto se aplica a todas las hogueras primigenias, así como la entrada de la Cripta de los no muertos y la hoguera Entrada del santuario en el Santuario del dragón.
Galería[]
Música[]
Referencias[]
- ↑ Descripción del Martillo de Aldia.
- ↑ 2,0 2,1 2,2 Descripción de la Lanza escupefuego.
- ↑ Descripción del Caparazón deformado.
- ↑ Descripción de la Llave de Aldia.
- ↑ Descripciones de la Banda ritual sureña y Banda ritual norteña.
- ↑ Descripción del Bastón del ocaso.
- ↑ Descripción del hechizo Géiser de alma.
- ↑ Descripción del hechizo Desatar magia.
- ↑ Descripción de la piromancia Sol prohibido.
- ↑ Diálogo de Aldia.